Había una vez un cuento al revés, donde los gnomos eran gigantes, las princesas brujas y los dragones ratones. En él, vivía la reina de corazones, que odiaba el amor.
Un buen día ésta decidió hacer desaparecer a todo aquel que tuviera sentimientos cariñosos hacia otro individuo, con tal de conseguir lo que ella llamaba un ejército fuerte, sin lloricas sentimentales. Pero mientras la reina tramaba su plan recitándoselo a sí misma en voz alta, la bruja Nicoreta la oyó y decidió avisar al pueblo para que se lo impidiera. Ya que ella amaba al monstruo de las tinieblas y por lo tanto, al tener sentimientos, la reina le haría picadillo.
Así que se adentró en el bosque tenebroso llamado de esta manera porque era una preciosidad de bosque con flores, árboles… Y llegó al pueblo donde explicó a sus ciudadanos lo sucedido. Éstos al oírla, no se lo pensaron dos veces y decidieron ayudarla sin más dilación, ya que cada persona, por distinta que sea, siempre tiene la capacidad de amar: a una madre, un padre, una pareja, incluso en un mundo donde todo parece lo que no es…. Excepto la reina de corazones.
El pueblo reunió un ejército, en el cuchitril donde vivía la reina, y se manifestaron contra ella imponiendo sus derechos a amar. Así ésta comprendió que un ejército sin sentimientos no es más fuerte que uno unido por el amor de las personas. Así que se adentró en el bosque tenebroso llamado de esta manera porque era una preciosidad de bosque con flores, árboles… Y llegó al pueblo donde explicó a sus ciudadanos lo sucedido. Éstos al oírla, no se lo pensaron dos veces y decidieron ayudarla sin más dilación, ya que cada persona, por distinta que sea, siempre tiene la capacidad de amar: a una madre, un padre, una pareja, incluso en un mundo donde todo parece lo que no es…. Excepto la reina de corazones.
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