PROPUESTA DE CUENTO (ESTILO RODARI)

En esta ocasión, después de explicarles un cuento, hacemos una lista de algunos cuentos infantiles que recuerdan, de los que extraemos palabras significativas: bruja, cangrejo, flauta, ratón, golosinas, jaula... Les propongo a continuación que escojan cuatro palabras e inventen un cuento como trabajo de expresión escrita.

lunes, 22 de marzo de 2010

AVENA AGRESTIS de Elna

Había una vez, en un pueblo muy lejano, una niña llamada  Jana. Ella nunca había salido de su pueblo y soñaba con vivir muchas aventuras. Un día, cuando iba a comprar el pan con su gato Luís, se encontró una cesta tirada en el suelo. Fue a ver qué había dentro y vio que había una flauta de madera con unos adornos extraños. Cogió la flauta y la empezó a tocar. El sonido que salía de ella era dulce y melódico, era muy agradable. Así que decidió llevarse la cesta con la flauta. Siguió su camino hasta la panadería. El olor del pan recién hecho era inconfundible.
- Mmm… ¡Qué olor tan rico! -dijo una voz.
Jana miró a su alrededor y no vio a nadie.
- ¿Quién ha hablado?- preguntó extrañada.
- He sido yo -dijo la voz. De repente, Jana se dio cuenta de que el que había hablado era su gato Luís.
- ¿Puedes hablar?- le preguntó sorprendida.
- Yo siempre he podido hablar. Pero los humanos, como tú, no entendéis nuestro idioma.
- ¿Y por qué yo ahora puedo entender lo que dices?
- Es por la flauta. Había oído hablar de ella, pero siempre creí que era solo una leyenda. Ya veo que me equivocaba; es real. La leyenda dice que existe una flauta conocida como Avena Agrestis que es capaz de hacer que un humano entienda el idioma de los animales. Esta capacidad la tendrá la persona que haga sonar la flauta. Y como tú la has hecho sonar, ahora puedes hablar con todos los animales.
- ¿De verdad? ¡Qué divertido!
En aquel instante una golondrina aterrizó sobre el lomo del gato.
- Buenos días Luís. ¿A dónde vas?
- Hola Marla. Jana y yo vamos a la panadería a comprar el pan.
- Pues a ver si puedes traerme un trocito, que ya sabes que el pan crujiente y calentito me encanta.
- Claro que te daremos un trocito de pan -dijo Jana.
- Ahhh! ¿Cómo es que entiendes nuestro idioma? -exclamó Marla muy sorprendida.
- Ha encontrado la Avena Agrestis y la ha hecho sonar -le explicó Luís.
- ¿La Avena Agrestis? Yo creía que era sólo una leyenda.
- Pues ya ves que no.
- ¡Qué bien! Por fin podremos hablar con un humano.

Mientras volvía a su casa Jana encontró a un hombre que le estaba gritando a un perro:
- ¡Eres un ladrón! ¡Siempre te he dado comida y ahora resulta que me estás robando! ¡Vete de aquí y no vuelvas nunca más! ¡Ladrón! –decía el hombre.
- Yo no he hecho nada -intentaba explicarse el perro.
Jana y Luís fueron a ver qué pasaba.
- Este perro siempre venía a mi carnicería a pedirme comida. Como me daba lástima cada día le daba dos o tres salchichas para comer. Pero hoy le he pillado robándome cuatro salchichas -se explicó el hombre.
- Esto no es verdad -dijo el perro desesperado.
- El perro dice que no es verdad -tradujo Jana.
- Así que tú eres la niña que ha encontrado la Avena Agrestis -dijo el perro agradecido.
Jana asintió.
- ¿Cómo que el perro dice que no es verdad?-exclamó el carnicero.- ¿Y tú que sabes? ¿Qué entiendes lo que dice?
- Sí. Mire, haga sonar esta flauta y ya verá como usted también lo entiende.
El carnicero obedeció. De repente Jana dejó de entender lo que decía el perro pero el carnicero sí que lo entendió.
- Mira, yo estaba delante de la carnicería acabándome de comer las salchichas que me había dado -empezó el perro-, entonces he visto un movimiento extraño dentro de la tienda y he entrado. Me he encontrado con un hurón robando las salchichas y he intentado detenerle. Nos estábamos peleando cuando has entrado y el hurón se ha ido corriendo dejándome a mí con las salchichas en la boca.  
- ¿Así que no querías robarme, sino que querías proteger mi tienda?- concluyó el carnicero.
El perro asintió.
Jana miró al carnicero pidiéndole que le explicara lo que acababa de decir el perro y éste así lo hizo.
- Siento mucho la confusión. A cambio te daré un buen filete.
El perro ladró satisfecho.
-Y a ti, niña, muchas gracias por tu ayuda. A cambio también te daré un filete para que tu madre lo cocine. Toma, te devuelvo la flauta.
- Muchas gracias señor.
Jana volvió a hacer sonar la flauta para recuperar la capacidad de entender a los animales.
- Gracias -le dijo el perro a Jana.

El día siguiente se despertó soleado. Jana decidió ir a dar un paseo y cogió la cesta con la flauta, por si a su madre se le ocurría tocarla.
- Hola Luís -dijo un asno que encontraron por el camino.
- Hola Soco -respondió el gato.
- Esta debe de ser la niña que ha encontrado la Avena Agrestis. ¿Me equivoco?-dijo Soco.
- Sí. Soy Jana, encantada de conocerte.
- Igualmente -respondió el asno.
- Qué rápido corren las noticias -le dijo Jana a Luís, cuando Soco ya se había ido.
- Sí. Estoy seguro de que todos los animales ya lo saben. Pero es mejor que no digas nada de esto a los humanos, porque seguro que muchos querrían conseguir la flauta.
- Hola niña -les sobresaltó una voz detrás de ellos.
Era una vieja muy fea que iba con una escoba. Daba miedo.
- Ho…ola -tartamudeó Jana asustada.
- ¿Que llevas en esta cesta? -preguntó la vieja.
- Una flauta -respondió Jana que seguidamente recibió un arañazo de Luís.
- ¡Ay!- gritó molesta.
- Esta mujer me da mala espina. Es mejor que no le digas nada -explicó el gato.
- ¿Una flauta? A mi me gustan mucho los instrumentos. ¿Puedo verla?-dijo la vieja, ajena a la conversación entre Jana y Luís.
- No, es que... es muy delicada y es mejor que no le de la luz del Sol -mintió Jana.
- Vamos. No le va a pasar nada por un momento. Déjamela ver -insistió la vieja.
- ¡No!- gritó Jana.
- ¡Te he dicho que me la des!
- ¡Jana ya se quién es! ¡Es una bruja! -dijo Luís.
- ¿Una bruja?
- Sí, ¡corre! – exclamó el gato.
Jana y Luís empezaron a correr.
- No creas que te escaparás tan fácilmente -dijo la bruja.
Se montó en su escoba y empezó a perseguirles.
- ¡Corre, corre! ¡Que nos alcanza! -gritó Luís.
Pero por mucho que corrieran la bruja era más rápida y los alcanzó.
- Ya te tengo niña -dijo arrebatándole la cesta de las manos-.
- Vamos a ver qué hay aquí.
Sacó la flauta de la cesta y la observó detenidamente.
- Ajá. Veo que no me equivocaba. Es la Avena Agrestis ¡y por fin es mía! -dijo emitiendo una sonora carcajada.
- Ahora tendré poder sobre todos los animales.
Y cuando iba a meterse la flauta en la boca para hacerla sonar, Luís saltó sobre ella y le arrebato la flauta.
- ¡Maldito gato! -exclamó furiosa-. ¡Piedra de cantera, compota de pera, que este gato se convierta en una tetera!
Y Luís se convirtió en una tetera. Jana fue corriendo hacia el gato y cogió la flauta.
- ¿Qué le has hecho a Luís, vieja bruja?- dijo Jana muy enfadada.
- Te propongo un trato -empezó la bruja-, si tú me das la flauta yo devolveré a tu gato a su estado normal.
Jana no sabía qué decir, así que hizo lo primero que se le ocurrió: correr. Con la flauta en una mano y la tetera en otra corrió por las calles estrechas.
- ¡Espera niña! -gritaba la bruja que le iba pisando los talones.
Llegaron a un callejón sin salida.
- Ya te tengo -sonrió la bruja mostrando sus horribles dientes negros y torcidos. Empezó a acercársele más y más. Jana iba retrocediendo hasta que chocó contra la pared. La tenía tan cerca que podía sentir su aliento pestilente que le daba náuseas. En un acto reflejo para quitársela de encima, le lanzó unos polvos pica-pica que llevaba en el bolsillo. La bruja, como era de esperar, retrocedió. Pero lo que pasó después nadie se lo hubiera podido imaginar. La bruja soltó un grito de dolor:
- ¡Ahhhh! ¡Cómo has podido! ¡Quién iba a pensar que una niña como tú podría derrotarme!
Y en un abrir y cerrar de ojos la bruja se convirtió en cenizas. Jana se había quedado boquiabierta. Unas caricias en la pierna la hicieron volver en sí.
- ¡Luís! ¡Has vuelto!
- Sí, pero gracias a ti. Tú has derrotado a la bruja -le respondió Luís-. Ahora guarda la flauta en un lugar seguro donde nadie te la pueda quitar.
Y Jana así lo hizo. Nunca más intentaron quitarle la flauta y pero tampoco pudo hablar con los animales en el resto de su vida. 
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario